Dicho y hecho. Voilá la nave espacial reutilizable de aterrizaje vertical de precisión. Aquí tenéis al mismísimo Elon Musk, presentando, hoy, su nuevo desarrollo. Os he hablado de él en varias ocasiones. Considerado el Tony Stark –Iron Man de la actualidad, es el hombre que, tras adelantar por la derecha a la banca tradicional, con su sistema de pago por internet Paypal, puso en marcha la producción y venta de los vehículos 100% eléctricos Tesla que, con su Model S, n1 en ventas en su segmento, ha superado también a los tradicionales de la automoción, que no vigilaban el retrovisor de la sostenibilidad.
Convencido de la necesidad de una generación y un consumo más racional de la energía que permita prolongar la vida en el planeta Tierra, Musk, creó otra empresa, Solarcity, dedicada al fomento de la generación renovable para el autoconsumo. En ocho años de vida, ya acumula más de 100000 familias generadoras de energía, principalmente, en sus hogares California, que en total producen un poco más de 1GW – que da para recargar completamente un Tesla unos 30 millones de veces-.
Pero por mucho que conservemos nuestra atmósfera, lo queramos o no, llegará un momento, bastante cercano en el tiempo universal, y muy muy lejano en el tiempo de los mortales, en el que la vida en la Tierra se extinguirá de forma natural cuando al sol le dé por engordar.
Pues bien, Elon Musk también quiere contribuir a construir el camino necesario que nos lleve a ir encontrando lugares donde pueda seguir existiendo y desarrollándose la vida y, en particular, la raza humana, antes de que suceda lo inevitable.
Según Musk uno de los principales problemas por los que la exploración espacial –a pesar de todos los avances- va tan despacio es debido a lo costoso que resulta que la mayoría de los materiales que se utilizan para salir de la atmósfera se desechen. Incluso en el discontinuado programa de NASA de los transbordadores espaciales capaces de ser utilizados más de una vez, propulsores y contenedores de combustible quedaban inutilizables tras cada uso.
Se puso manos a la obra y uno de los principales objetivos de su empresa dedicada a la exploración espacial, Spacex, es la de desarrollar cohetes y naves reutilizables. En muy poco tiempo ha sido la primera empresa no gubernamental capaz de superar todos los requisitos y validaciones de la NASA para obtener el permiso de “atracar” en la estación espacial internacional. Ha rebajado tanto los costes para el lanzamiento y puesta en órbita de satélites que los contratistas tradicionales del gobierno de los EEUU están que echan chispas. Y sólo es el comienzo.
Una vez más, Elon Musk y sus equipos adelantan, ahora, a la ciencia ficción para hacer realidad los cohetes –empezaron con el Grass Hopper- y naves reutilizables. Aquí podéis ver la nueva versión de la nave Dragon. Esta V2, capaz de transportar siete astronautas y de aterrizar verticalmente sobre el punto de destino deseado, con la precisión de un helicóptero.
Disfrutad de la película… que no es de ficción.
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