Más allá del gusto de la competición, por la competición, y de la discusión acerca de la utilidad que pueda tener y lo racional que pueda resultar que unos muchachos, subidos en artilugios que circulan a altas velocidades por recorridos insólitos, se jueguen la vida por ver quien llega antes al mismo lugar del que habían partido minutos antes, estamos de enhorabuena.
Por primera vez en la historia, uno de los lugares más emblemáticos para el desarrollo de las competiciones automovilísticas va a experimentar una carrera de supercoches, pero un poco más racionales. Son vehículos cero emisiones 100% eléctricos. Los monoplazas, que en esta primera edición del campeonato de fórmula son todos idénticos, van a ser pilotados por 20 pilotos de 10 equipos. Hoy compite un piloto español Jaime Alguersuari que viste los colores de la escudería de Richard Branson, Virgin Racing Team.
El público que asista a la carrera y lo siga a través de las diferentes pantallas va a notar sensaciones nuevas. Se puede disfrutar de la competición sin perturbar el entorno. Vehículos que aunque ofrecen prestaciones espectaculares no emiten un ruido ensordecedor. Vehículos muy bonitos que para utilizarlos en un rato de ocio y espectáculo utilizan energía limpia y renovable. Ingenios de la tecnología que en vez de desaprovechar el 80% de la energía consumida emitiendo calor a raudales y haciendo retorcerse sus piezas como les sucede a los motores de explosión, utilizan más del 90% de la energía eléctrica procedente de fuentes renovables.
Estamos de enhorabuena, la «Fórmula e», cero emisiones, llega a Europa y se estrena en Mónaco, dónde se concentran personas, con capacidad económica y de decisión, para acelerar el paso del cambio de paradigma. Avanzamos por fin hacia una economía libre de la irracional dependencia de los combustibles fósiles que sigue acortando la la vida en el planeta, tal y como la conocemos.
Esta iniciativa de las buenas gentes que promueven la «Fórmula e» está haciendo mucho bien para dar a conocer las posibilidades y bondades de la movilidad sostenible. Ya no sólo atendemos al espectáculo por el espectáculo, recibimos un estímulo a la reflexión y a la acción que contribuye a mejorar nuestra existencia y la de nuestros congéneres, especialmente los que menos tienen y más padecen.
Hoy, para la celebración de esta histórica cita de la carrera cero emisiones en Montecarlo, la ciudad del glamour o del exceso, según se mire, ya me podéis disculpar… porque me he animado a cantar y grabar una tonadilla con esencia de recreo vacacional en el mar, pero que, si os fijáis bien, centra su mensaje en, lo que considero como verdad absoluta: el amor.
Animaros a la movilidad sostenible, como dice la canción: «we are expecting you!».
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