Pánico en el tunel
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Pánico en el tunel

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Mi buen amigo José Luis acaba de nacer otra vez, en esta ocasión, en la carretera. Bueno, más concretamente en los nuevos túneles de la calle 30 antes M-30. Madre mía, el mal rato que ha pasado el hombre. Ahora os cuento las circunstancias, que nos hacen reparar en las sorprendentes carencias de seguridad que tiene esta faraónica infraestructura, a pesar de su costosa y reciente factura.

Valgan todos los comentarios que aquí volcamos, para animar a los responsables a tomar nota y a proceder a mejorar las condiciones que puedan evitar situaciones de peligro y daños personales no deseados.

Pues bien, iba el hombre tan tranquilo y relajado, camino de encontrarse con unos amigos, para dar un agradable paseo con sus familias y perros por el Retiro, en esta magnífica primavera que estamos disfrutando en Madrid, – ¡por que Vaya San Isidro bueno tenemos este año! ¡Qué luz más limpia y franca, ¿no os parece?. El navegador de su BMW X5 decidió conducirle, desde Pozuelo, por la calle 30. Vale, es una opción. El Parqué del Oeste era otra, más bonita y menos agobiante, pero la calle 30 también es válida.

Pero, ¡Qué mala fortuna! A pocos metros de iniciar el primer tramo de túnel, el coche empezó a mostrar extraños síntomas de avería, sin posibilidad de alcanzar una de las áreas con arcén, ni de, tan siquiera, poder proceder a situarse en un carril lateral. José Luis y sus dos preciosas perritas labradores se quedaron clavados en uno de los carriles centrales. Sin luces, sin intermitentes de emergencia, parados sin poder hacer nada de nada.

panicotunel5En el tramo en el que quedaron condenados a un accidente prácticamente seguro no había tampoco arcén, aunque de poco hubiera valido en este caso, ya que tampoco hubiera sido posible alcanzarlo. Luego supimos que fue un problema de la batería el que ocasionó que el vehículo se detuviera de manera tan repentina.

 

Pero en aquel momento, José Luis sólo podía permitirse pensar en cómo salvar la vida de los otros conductores, la suya y la de sus queridos animales. Prácticamente estaba entregado a que sucediera lo peor. Estaba detenido en el carril central, en medio de un túnel, sin luces, con un coche oscuro, con una iluminación, la del túnel que a él le parecía más que pobre.

panicotunel6José Luis fue, más que nunca, consciente el por qué de las limitaciones de velocidad y la falta de criterio y la irresponsabilidad que supone no respetarlas. Los límites de velocidad se fijan pensando en lo mínimos márgenes necesarios para evitar accidentes en situaciones imprevistas, como es el caso que nos ocupa.  José Luis no daba crédito de las velocidades a las que pasaban a su lado los vehículos. En el túnel la velocidad máxima permitida es de 70 km/h. Y la velocidad recomendada es, lógicamente por debajo de esa velocidad límite. –Intentad circular a 60 o 65 km/h por el túnel de la calle 30 si queréis experimentar la sensación de una persecución en la que los vehículos se aproximan hasta casi tocarte…-

Nuestro amigo José Luis veía como la práctica totalidad de los vehículos circulaban muy por encima de los 70km/h de limitación. –Probablemente él hubiera también circulado a más de 70km/h si su coche no se hubiera averiado. En cuestión de segundos mientras varios vehículos habían estado a punto de impactar con él, optó por seguir moviendo el brazo por la ventanilla y armarse de valor para intentar ponerse a salvo y avisar a otros conductores del obstáculo. Salir del coche y cruzar hacia un carril lateral podría resultar también una trampa mortal.

panicotunel1En ese instante llegaron unos operarios de seguridad y mantenimiento de la calle 30. Afortunadamente el túnel está cubierto con cámaras que se visionan en un centro de control que resultó ser operativo. Pero la maniobra continuó siendo muy peligrosa. Los operarios reaccionaron con rapidez y acudieron al rescate pero, aunque parezca increíble, el túnel carece de señalización suficiente para indicar instantáneamente a los conductores que existe algún carril bloqueado y conducirles hacia los otros carriles. Además, a pesar de su magnífica voluntad, los operarios de rescate carecen de una equipo que pueda mover de manera rápida y segura un vehículo inmovilizado, (Equipo conocido como grúa dinámica auto portante. Emergency Rescue Dynamic Self Loader Tow Truck).

Milagrosa y afortunadamente nadie sufrió ningún daño, ni operarios, ni conductores, ni animales, ni vehículos. A José Luis le sirvió para apreciar aún más cada minuto de vida y tomar más consciencia de la necesidad de las limitaciones de velocidad y otras medidas de seguridad vial.

Las personas encargadas de su rescate le transmitieron que no es un caso aislado y que sucede a menudo que algún vehículo se detenga en medio del túnel y obstruya alguno de los carriles.

La rápida acción de estas personas fue determinante para salvar la vida de José Luis y de las otras personas que circulaban con sus vehículos por ese tramo del túnel de la calle 30. Aprovechamos, no obstante, la oportunidad para animar a los responsables de la seguridad de esta vía madrileña a revisar y mejorar las fórmulas de información, evacuación y desobstrucción, contemplando sumar más indicadores de superficie, sobre el pavimento y el en el techo, para la desviación del tráfico a carriles determinados, así como la incorporación de grúas dinámicas dotadas de brazos articulados que permitan la retirada del vehículo averiado, sin necesidad bajar del vehículo, minimizando el riesgo de accidente de operarios, ocupantes y conductores.

Funcionamiento de Grúa Dinámica autoportante:

Medidas de seguridad Túneles calle 30
– Tríptico túneles – Descargar PDF.
– Medidas de seguridad – Descargar PDF.

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Ricardo Fraguas Poole
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